miércoles, 28 de febrero de 2007

Abusan de tres niños en quince días en San Felipe

Entre matorrales los amenazan de muerte a punta de cuchillo

En quince días dos niños y una niña, de entre cuatro y diez años, han sido abusados sexualmente en San Felipe de Villa Mella. Allí los delincuentes se han ensañado contra los más indefensos, que secuestran a punta de cuchillo al amparo de la noche.

Con la mirada baja y el rostro ruborizado, el último de los pequeños violentados cuenta cómo lo raptaron: “Yo iba caminando, me metieron en un carro y me llevaron para un monte y me pusieron un cuchillo ahí y me cortaron (en la cara)”.


Apenas tiene diez años, pero narra con fluidez su fatídica experiencia: “Me taparon la boca y me agarraron las manos. Me decían si no me dejas (…) te voy a meter una puñalada en el corazón. Yo soy de Villa Consuelo”.

Los dos individuos huyeron al escuchar una bocina de la Policía y lo dejaron abandonado en la oscuridad de unos matorrales. Llegó a su casa caminando, con la cara cortada y lleno de lodo.
Su vecino “Mario”, de ocho años, también sufrió un abuso.

“Yo le pregunté qué le pasaba y él me dijo que nada. Se acostó y se arropó. Yo le insistí hasta que me contestó: “Si te digo te van a matar””, relata Marlenys Montás, su madre.
Como resultado, ahora el niño quiere ser Gokú, Robocot, “crecer pronto para ser policía” y “levantar pesas para ser fuerte”.

El hombre al que él señaló como su agresor hoy está en la cárcel. Los abusos, sin embargo, siguieron en su apogeo en un sector que nunca tiene luz por las noches y donde las personas ya no quieren salir de sus casas.

Miedo e incertidumbre son palabras asociadas en las calles Amín Abel y Julio de Peña Valdez, definidas como una “cuna de ladrones y piperos” por los mismos vecinos.

Ni el director de la escuela San Felipe se atreve a hablar; mucho menos a dar su nombre.
Entre las víctimas recientes se encuentra, además, una niña de cuatro años. Sus padres no quieren hablar de lo sucedido para no causarle más dolor a la pequeña.

Lissette Rojas


Temor en la zona

Marlenys Montás
Madre
“El hijo mío salió a comprar una pistolita en la esquina y un hombre le dijo que lo ayudara dizque a agarrar una gallina. Y se lo llevó, le sacó un cuchillo y le dijo que nos iba a matar a mí y a la niña si él me lo decía”.


Bolívar Rodríguez
Junta de vecinos
“Los casos recientes son de quince días para acá. En estos barrios está muy incrementada la delincuencia y yo creo que las autoridades deberían ponerle coto a esta situación. Yo le pediría al Jefe de la Policía que reactive el destacamento de San Felipe”.

Víctima, diez años
Miedo
“Me agarraron, me pusieron un cuchillo ahí y me cortaron. Me taparon la boca y me agarraron las manos. Oyeron una cosa de policía y se embalaron. Era uno moreno y uno blanco. Para acá han pasado muchos casos. Yo creo que son esas gentes”.

Elisa de la Cruz
Rostros
“Al muchachito que violaron la cara del abusador se le pareció a la del hijo mío y me lo tienen preso en La Victoria injustamente. Yo creo que él se confundió porque estaba oscuro. No es porque es hijo mío, pero él no es de eso”.


El hijo abusado y el padre preso por violación

Los casos por violaciones sexuales en el sector La Esperanza de San Felipe Villa Mella no son nuevos. Paradójicamente, el padre de uno de los niños abusados en los últimos días guarda prisión en La Victoria -desde hace un año- por supuesto abuso de un menor.

En el barrio todos se conocen y el rencor ha llegado hasta los hijos del apresado, que no se reúnen para jugar con el menor violentado. Aún así, éste se entretiene al lado del centro comunal con otros amiguitos.

El otro arrestado por el caso de “Mario” guardaba una relación de amistad con “José”, que se encuentra en el exterior sin posibilidades inmediatas de regresar al país.

Hasta el momento ninguno de los afectados ha recibido ayuda psicológica para superar el trauma del estupro.

Las violaciones iniciaron en abril del año pasado cuando un conductor secuestró a una adolescente, de 13 años, que visitaba a su abuela.

“Yo les dije que buscaran un carro para mandarlas para su casa. Vinieron y cuando se desmontaron las dos de atrás, él arrancó con la que estaba sentada adelante”, recuerda Ana Minada Brito. Y agrega: “Yo no me mudo de aquí porque no puedo”.

Para los vecinos, la causa principal de los asaltos sexuales es la oscuridad, porque de noche nunca hay energía eléctrica. A esto se suma, según dicen, la abundancia de montes y construcciones paralizadas, que sirven de refugio a drogadictos y ladrones.

Seguridad no tienen. El patrullaje policial resulta escaso para las dimensiones del sector.


Denunciar de inmediato

En la Fiscalía de Asuntos de violencia intrafamiliar y Abuso Sexual de la provincia Santo Domingo se reciben cientos de casos semanales.

No todas las investigaciones que se ordenan concluyen en abusos luego de que finalizan la investigación que se ordena en cada denuncia, según una fuente.

En el caso de San Felipe, las madres acudieron a querellarse en este centro, que corresponde a la provincia Santo Domingo.

La intimidad de los niños es de una importancia fundamental para las personas que trabajan en esta oficina y citan la ley 136-03 como el tipo judicial que regula la información sobre niños en situación de peligro.

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