miércoles, 25 de noviembre de 2009

El efecto espejo en Internet


Lissette Rojas
Tengo la impresión de que vivimos en la época del espejo. Poca originalidad en Internet, poca originalidad en algunos textos especializados. Cada vez que me toca hacer una búsqueda seria en Internet tengo una sensación de deja vu.

Un mismo ensayo, reseña o entrevista aparece miles de veces, porque casi todos copian en la web. La mayoría de los dueños de páginas y blogs toman temas de otros sitios de Internet, que a su vez han copiado a otros que han copiado a otros, y así hasta el infinito.

La fuente original se disuelve. Internet es casi en su totalidad un espejo que refleja a otro espejo que se ve reflejado en otro, y así ves mil veces la misma imagen hasta que te confundes o te aburres.

Aunque, por otro lado, no estoy segura si lo del juego de espejos es una idea original mía o si lo leí en otra parte.

La situación es tan fuerte que, mientras escribo, tengo la certeza de que alguien tomará este texto que acaba de nacer de mi en esta madrugada de insomnio, y lo colgará en su espacio, quizás con otra firma, quizás haga un enlace pero al final este post será un eco sin dueño en el espacio, porque será de todos y de nadie.

Hay gente que tiene blogs y páginas de Internet y nunca han producido una sola línea de su autoría. !Qué penoso!

Esto, sin embargo, no es una problemática exclusiva de Internet. También los libros se repiten. No la narrativa, sino los libros especializados, copiados unos de otros, parafraseados o traducidos y expropiados de su pensador original. Da verguenza.

Quizás haya llegado el momento de producir nuevas cosas. Este post es un grito desesperado contra el descaro y contra el miedo de estar dentro de una sociedad cuyos puntos de llegada hacia la creatividad se van difuminando en la medida en que se acercan al supuesto progreso intelectual y tecnológico.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Miedo del vuelo del ángel*


Tengo miedo de que se queden vacías de él las tardes, de que su voz se retire como hacen las olas antes de la tempestad.
Tengo miedo de que una nube sea solo una nube o la luna sea simplemente la luna.
Tengo miedo de que no me pertenezcan más sus palabras...
Tengo miedo de que un día amanezca y yo me quede con este nombre en los labios.
*La obra que ilustra este texto es "Amor Vinci Omnia", de Caravaggio

domingo, 15 de noviembre de 2009

Sobreviviente de mi educación


Por Lissette Rojas

Brindo por las que se fueron, su ausencia me embriaga. No voy a llenar de suspiros mi cuaderno ni a recobrar en su honor los poemas mediocres de los años de la risa. En cambio, voy a dormir para soñar que nada ha pasado y desandar los laberintos donde van a morir los recuerdos colegiales.

Alguien tiene que volver a reír en la escalera, a sobrevivir a los sonrojos, al aire de secreto que la sacralidad espía. Dejen que este sueño mío sea hoy cómplice, ahora que la foto se está borrando y nadie liba las flores de coralillo antes del himno.

Que alguien suba mis medias hasta las rodillas y ate mis zapatos para olvidar que mi ayerhermana parece en este instante mi hoymadre. Una ventisca se está colando por donde solían entrar las risas. Alguien escondió las tardes a cielo abierto.

Y yo no sé ya por qué escribo si la maestra de inglés nunca dejó de alumbrar. Sus bebés pudieran ser los mios, en cambio, son los compañeros de juegos de sus sobrinos. No lo entiendo. El maestro de la tarde salía con las estudiantes. Y yo estaba leyendo a Becquer. No me arrepiento. Los lobos me aterran.

Huele a vino al final del pasillo. También a pintura fresca. El aroma del rojo tejado me hizo una confidencia. Algunas hermanas no lo son más. Alguien vio los hábitos mirar el barrio desde un ángulo cenital. Hay otras formas de hacer patria. El falso vértigo. Las quiero más en esta distancia de complicidad retrospectiva.

Y nadie me dice nada de la chica que vendía los dulces afuera. Delgada, poco pelo. Soñé que hoy solo viste de marcas. Le modela a la vida. Ahora lo veo claro. Bendición: Llegar tarde y que me dejaran en la biblioteca como escarmiento. Dios las bendiga monjas. Sutilmente querían reparar el daño que me hacía lo que me enseñaban en la escuela. Sobreviviente de mi educación.
*La obra Concierto, de Degas.