martes, 3 de marzo de 2009

Diario de una periodista que se reanimó I


12:50 de la madrugada


Hoy fue un día especial. Me atreví a hacer un reportaje en segunda persona sobre una mujer que desistió en un caso de violencia de género.


"Tu esposo te acuchilló, te quemó el pecho e intentó ahorcarte frente a tus hijos (...) cuando tu sobrina fue a visitarte él no le permitió entrar (...)luego tú desististe y no comprendiste por qué el fiscal proseguía si querías al proveedor y padre de tus hijos libre, pero la violencia de género es un asunto de estado".



No sé si me quedó bien pero sentí un estremecimiento por hacer algo diferente. Algo fuerte, contándole a esa mujer su propio dolor. Lo único que me desconcertó fue el comentario, hecho sin malicia, de que le gustaba cómo estaba escrito aunque rompe con "las reglas del periodismo". Y entonces me desconcerté. No entendí ni papa. Yo, honestamente, soy intuitiva escribiendo. Respeto la gramática y sé como escribir de forma convencional, pero no me acojo a los mandamientos inquebrantables del periodismo. Puede decirse que escribo como me da la gana, dentro de un respeto a la ortografía y la gramática. Como sea, llegué desconcertada a la casa y me puse a buscar en mi librero. Allí encontré con Tom Wolf . Y leí algo de Wolf que me alentó: "Imaginé que ya era hora de que alguien violase lo que Orwell llamaba «las convenciones de Ginebra del pensamiento»... un protocolo que había encerrado al periodismo y más generalmente la no-ficción (y las novelas) en una tan tediosa cárcel durante tanto tiempo. Descubrí que cosas como los signos de exclamación, las cursivas, y los cambios bruscos (guiones) y las síncopas (puntos) contribuían a crear la ilusión de que una persona no sólo hablaba sino también de que una persona pensaba"1. Y Tomás Eloy Martínez me reconfortó: "Casi todos los días, los mejores diarios del mundo se están liberando del viejo corsé que obliga a dar una noticia obedeciendo el mandato de responder en las primeras líneas a las seis preguntas clásicas o en inglés las cinco W: qué, quién, dónde, cuándo, cómo ypor qué. Aunque en todas las viejas reglas hay una cierta sabiduría, no hay nada mejor que la libertad conque ahora podemos desobedecerlas"2. 1. El nuevo periodismo. Anagrama. 2. Periodismo y narración. FNPI.