lunes, 9 de abril de 2007

Hasta siempre, Martha

Para los que te queremos a Martha tu muerte ha sido un duro golpe, una herida justo donde somos vulnerables.

Eres alegre, una excelente compañera que siempre tiene una respuesta chistosa lista para dejarla caer y romper con ella el estrés, el tedio que produce esta profesión.

Es difícil concebir ahora que estás muerta, que ya no entrarás más por esa puerta con tu pelo rizo, sin procesar, símbolo inequívoco de tu originalidad y tu valor.
Es terrible pensar que ya no estarás aquí para cubrir con tus alas a tus chicas de Pandora, y que no escucharás a Rosanna llamándote “Madre” y nosotros contagiados diciéndote igual, porque de verdad que te quedaba bien el nombre.
Eres tan protectora. Hablo de ti, Martha, en presente, porque de alguna forma sigues viva entre nosotros, con la misma risa que tenías ese miércoles en la mañana cuando entraste al periódico llena de vida.

Continúas con tu sencillez, con esa mezcla entre talento y disciplina, con tu fina ironía y particular sentido del humor al escribir la última página de Pandora. (Que en realidad no era la última porque en realidad era la primera que yo leía).

No es como para decir adiós esta muerte tuya, es más bien como para recordarte por lo que has sido para nosotras: una amiga, una hermana y una madre.

Hasta siempre.