jueves, 26 de febrero de 2009

La mosca que haría temblar a Suiza


Fragmento de mi cuento La mosca que haría temblar a Suiza

Por Lissette Rojas


"La mosca en la génesis del cacao, susurran a lo lejos los oyentes burlones, pero tú ni te inmutas y les gritas que no se trata de cualquier mosca, es una mosquita muy delicada, ella trabaja en las primeras horas del día y si está lloviendo bastante no aparece su fecundación, tampoco si está muy nublado. Por eso, a veces, las plantas florecen y no hay una abundante cosecha. Pero siempre y cuando haya oportunidad, ella sale y hace su trabajo.

"Los otros campesinos te dejaron solo. Te creen loco y perjudicial. Tú, en cambio, te consideras en extremo lúcido, profeta de estas tierras.

"En cierta forma, le dices a la empalizada, la mosca es como un hombre serio: nunca falta a su trabajo a menos que esté realmente muriéndose, a menos que los vientos de un temporal le opongan una verdadera resistencia a su batir de alas madrugador".

Alrevéslandia

Fragmento de mi cuento Alrevéslandia

Por Lissette Rojas

"Estos niños a los que me refiero no contaban con más entretenimiento que las piedras: piedras contra los pajaritos, piedras contra los perros, piedras contra los tejados de zinc, y, cuando se aburrían, guerra de piedra entre ellos mismos.

"Hubo que inventarse algo antes de que destruyeran la fauna y los techos del vecindario con sus travesuras infinitas. También para que cesaran las mil maldiciones de las ancianas prosaicas que se subían las faldas hasta las tetas como si se tratara de un vestido.

"Una tarde llamé a todos los diablillos con la promesa de que les mostraría algo novedoso, algo que agilizaría sus poderes mentales y los llevaría a una dimensión encantadora y escondida cuyos secretos se les revelaban a unos pocos escogidos cada 200 años".

martes, 24 de febrero de 2009

Las hijas de nadie: las historias que nadie cuenta

Santo Domingo, República Dominicana.- Una niña de nueve años es violada y embarazada por su propio padre, una pequeña muda y con discapacidad motriz sufre abuso sexual y es fecundada por su vecino y una mujer lleva en su vientre un niño sin estómago que morirá al poco tiempo de nacer.

Aunque parezca lejano o improbable, historias como esas suceden todos los días en este país, algunas salen en la prensa pero pocas veces terminan publicadas en un texto de una ginecóloga, como sucede con el libro Las hijas de nadie, de Lilliam Fondeur, que fue puesto en circulación hoy martes, en el salón Alcázar del hotel Santo Domingo.

Al consultorio de Fondeur llegan a menudo mujeres con graves complicaciones, a causa de abortos a medias, una suerte de intervenciones clandestinas que ellas mismas inician para terminar con sus embarazos a toda costa, aun a riesgo de sus propias vidas.

“Hay historias de niñas que han sido incestadas por familiares o vecinos y que tienen que poner en riesgo su vida, y son excluidas de la sociedad, tienen que salir de la escuela o las cambian de tanda. La sociedad las expulsa, las personas tienen el temor de que les pase a otras niñas, independientemente de que esa niña no buscó ese embarazo”, dice Fondeur al referirse al libro.

En su columna Ginecología actualizada, del vespertino El Nacional, la ginecóloga publica desde hace años situaciones tan dramáticas como reales que ahora forman parte de la compilación, junto a comparaciones de cifras y legislaciones de otros países.

“Las hijas de nadie es una recopilación de artículos publicados en el periódico El Nacional, relacionada con la vida de las niñas y las mujeres pobres, y digo pobres porque son las pobres las que ponen en riesgo su vida y su salud. Este libro está relacionado con los derechos sexuales y reproductivos y con la morbi-mortalidad materna, esto es las mujeres que ponen en riesgo su salud y su vida a causa de un embarazo”, expone la autora.

Para Fondeur, con leyes que prohíben el aborto sin importar las circunstancias, se está poniendo en riesgo la vida de las mujeres.

“Estamos matando mujeres con esta legislación”, sentencia y pone como ejemplo los casos de mujeres que, en estado de gestación, se les detecta un cáncer y no pueden recibir tratamiento porque hacerlo implicaría una pérdida del embarazo.

Sobre el padecimiento de esas pacientes explica que “cuando se le viene a dar tratamiento el cáncer ya ha tenido metástasis porque hubo que esperar que se cumplieran los nueve meses. Nuestras leyes prohíben que el embarazo sea interrumpido”.

En el país –dice Fondeur- los índices de mortalidad materna son de 159 por cada 100 mil nacidos vivos, según la Encuesta Demográfica y de Salud (Endesa) 2007. También están los casos específicos como el del hospital de Regla de Baní, cuyas estadísticas registran igual número de partos que de abortos. Los médicos del centro no provocan las interrupciones, sino que asisten a las mujeres que llegan con un aborto incompleto.

Las consecuencias de los abortos clandestinos son aumento de la morbi-mortalidad materna, que va no solo con las mujeres que fallecen, sino con mujeres que tienen lesiones que van desde una histerectomía hasta infecciones o un sangrado abundante que les provoca una anemia severa, según la doctora Fondeur.

“Las complicaciones son muchas pero las más frecuentes son las perforaciones uterinas y el sangrado uterino abundante. Estas mujeres de una un otra manera buscan la forma de terminar con su embarazo. Una mujer cuando quiere interrumpir un embarazo es capaz de poner en riesgo su vida”.

En su práctica médica, cuando una paciente llega con complicaciones de un embarazo interrumpido a voluntad, lo primero que ella hace es protegerla con antibióticos y luego trata de que no se pierda su útero, para preservar su fertilidad, porque es probable que esa mujer después desee tener hijos.

“Hay que conservar su fertilidad. No queremos un aborto, no soy pro-aborto, no ando promoviendo el aborto, pero es una situación que hay que enfrentar, porque está aquí y hay que enfrentarla. Es un fracaso del sistema de salud, de seguridad y del de educación. Una niña violada por su padre o una mujer que saliendo de la universidad es violada, ellas no andaban buscando ese embarazo”.

La puesta en circulación del libro Las hijas de nadie, que tiene prólogo de Susi Pola, contará con la presencia de la doctora Mónica Rosa, experta en derecho internacional y defensora de los derechos de la mujer.

viernes, 20 de febrero de 2009

La nada cotidiana 2. Diario de una periodista que se frustró*

En este país no hay una calle decente, una calle donde uno pueda caminar sin tener que mirar todo el tiempo para abajo por temor a encontrarse un hoyo.

La observación me la hizo Ezequiel Abiú que me vio caminado por la Tiradentes "como quien se desplaza por la Quinta Avenida". Me dijo que le mencionara una y no recordé ninguna.

Aquí las irregularidades del terreno, los huecos, las aceras robadas a los peatones, hacen que uno camine con miedo. Además, pocas calles conservan su estética, su funcionalidad. Si no me creen, miren la Lope de Vega después de la San Cristobal en dirección norte.

Allí uno tiene que tirarse a la calle, a riesgo de que lo atropellen, porque los carros están parqueados en los esqueletos de las aceras. Aquí cualquier vendedor te roba tu legítimo derecho a caminar por un lugar seguro. Como dice Manuel Vicent, nadie es alguien.

*Me cuentan. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

jueves, 19 de febrero de 2009

La nada cotidiana-Diario de una periodista que se frustró*

02.32 a.m.

A Zoe Valdés que me perdone por robarle el título a su novela, pero no encuentro un nombre mejor para el estado de ánimo que me provocan ciertas situaciones.

Me siento como Robbie William cuando abandonó Take That para poner tienda aparte. Uno se cansa de ser corista en la vida, (o uno de ellos), se cansa de hacer naderías. Uno prefiere sentarse en su casa a postear un blog y a escribir los temas que siempre quiso escribir.

Me agobia la nadería. Quisiera hacer pero me siento atada. !Ay el dinero! Comparo mi carrera con una novela que tiene muy buena trama pero que está mal contada. Uno se siente tentado a mejorarla, pero valdría más escribir una nueva.

Mi arte simulatorio no da para tanto. No estoy contenta y quizás no vuelva a estarlo en semejantes condiciones. Siento como si algo dentro de mi corazón periodístico se hubiera roto ya sin remedio, porque la subestimación aplastó el entusiasmo, que murió de inanición junto a un listado de temas abortados.

Ni aquí ni allí. Hoy me pregunto si hice lo correcto o si me sucedió como dijo Reynaldo Pared Pérez, cuando el PLD perdió en el 2000, aquello de "llorarán lágrimas de sangre".

Yo solo lloro cuando me indigno o cuando algo me entristece demasiado (una muerte o una ruptura dolorosa), pero mi situación tiene la particularidad de hacerme llorar por lo menos una vez a la semana. Naderías, naderías. Quiero y merezco salir.

*Me cuentan y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

jueves, 12 de febrero de 2009

La casa de Dostoievsky o cómo contar a Chile literaria


Por Lissette Rojas

Por esa manía de libroteniente que hojea y lee antes de comprar un libro, encontré La Casa de Dostoievsky, del chileno Jorge Edwards y me dije que esa obra tenía que ser mía.

La novela tiene un valor intrínseco indiscutible, no solo por su trama bien lograda. En ella uno puede adivinar o atisbar unos rasgos que pudieran ser autobiográficos del propio Edwards y su generación (que si Neruda, que si Huidobro) y las relaciones de admiración u odio que primaban entre ellos.

El autor se esconde detrás de un narrador de voz colectiva que cuenta su tiempo a través de sus propias vivencias y no tiene empacho en explicarse a través de los rumores y de los testimonios de tercera mano. Se me antoja que la vida del Poeta (con mayúscula) como hilo conductor es solo el pretexto para mostrar el mundo cultural de la chile de mediados del siglo pasado, país que cambió el curso de su historia a partir del golpe de estado que en 1973 culminó con la existencia de Salvador Allende y del comunismo.

En ocasiones, el lector lo siente conversador y elocuente al narrador. No escapa, sin embargo, -y esto él mismo narrador lo reconoce- a los "chilenismos" que podrían mandar al diccionario a cualquiera que no esté familiarizado con los giros idiomáticos de ese país del sur. Otra de las observaciones a la obra es el uso de ideas largas y oraciones indirectas que me obligaron a retomar varios párrafos de nuevo para poder comprender (pero eso soy yo, no se asusten).

El texto ganador de la edición 2008 del premio Planeta-Casaamérica de novela resulta edificante para quienes por cuestiones de influencias solo hemos conocido en literatura la posición pro-Allende y a favor del comunismo.

Edwards narra en La Casa de Dostoievsky cómo las personas padecían hambre a causa de la racionalización de los alimentos que implementó el gobierno de Allende. Y como el personaje residía en la Ñuñoa, podía o creía oír como en las noches torturaban a los disidentes en los antiguos camerinos del estadio de futbol.

El Poeta, protagonista, estuvo también en Cuba y sufrió en carne propia las represiones del régimen de Fidel. Las críticas por lo bajo, la doble cara y la incertidumbre que hubo de implementar junto a sus colegas cubanos para sobrevivir.

A Edwards lo acabo de conocer como escritor y creo que nos seguiremos viendo.