jueves, 26 de febrero de 2009

La mosca que haría temblar a Suiza


Fragmento de mi cuento La mosca que haría temblar a Suiza

Por Lissette Rojas


"La mosca en la génesis del cacao, susurran a lo lejos los oyentes burlones, pero tú ni te inmutas y les gritas que no se trata de cualquier mosca, es una mosquita muy delicada, ella trabaja en las primeras horas del día y si está lloviendo bastante no aparece su fecundación, tampoco si está muy nublado. Por eso, a veces, las plantas florecen y no hay una abundante cosecha. Pero siempre y cuando haya oportunidad, ella sale y hace su trabajo.

"Los otros campesinos te dejaron solo. Te creen loco y perjudicial. Tú, en cambio, te consideras en extremo lúcido, profeta de estas tierras.

"En cierta forma, le dices a la empalizada, la mosca es como un hombre serio: nunca falta a su trabajo a menos que esté realmente muriéndose, a menos que los vientos de un temporal le opongan una verdadera resistencia a su batir de alas madrugador".

Alrevéslandia

Fragmento de mi cuento Alrevéslandia

Por Lissette Rojas

"Estos niños a los que me refiero no contaban con más entretenimiento que las piedras: piedras contra los pajaritos, piedras contra los perros, piedras contra los tejados de zinc, y, cuando se aburrían, guerra de piedra entre ellos mismos.

"Hubo que inventarse algo antes de que destruyeran la fauna y los techos del vecindario con sus travesuras infinitas. También para que cesaran las mil maldiciones de las ancianas prosaicas que se subían las faldas hasta las tetas como si se tratara de un vestido.

"Una tarde llamé a todos los diablillos con la promesa de que les mostraría algo novedoso, algo que agilizaría sus poderes mentales y los llevaría a una dimensión encantadora y escondida cuyos secretos se les revelaban a unos pocos escogidos cada 200 años".