
Desahogo Periodístico es el espacio de los periodistas, un lugar donde las palabras no son pesadas ni livianas, convenientes ni inconvenientes. Son simplemente palabras. ¡¡¡¡Qué la verdad sea dicha!!!!
miércoles, 25 de noviembre de 2009
El efecto espejo en Internet

sábado, 21 de noviembre de 2009
Miedo del vuelo del ángel*

domingo, 15 de noviembre de 2009
Sobreviviente de mi educación

lunes, 19 de octubre de 2009
Buena nueva para las madres que trabajan en el Zoológico Nacional
miércoles, 30 de septiembre de 2009
Fragmento del cuento "Si Santa me responde"

"En honor a la verdad he de decirle que no es igual el brillo en sus ojos cuando me habla que cuando les habla a ellos. Es como si yo no fuera capaz de hacerle magia a su corazón. Es como si conmigo dejaran de volar en su alma los papelitos de colores.
"Yo sé (estoy segurísima, querido Diario) de que yo también puedo hacer que brillen los ojos de otra gente. La maestra, por ejemplo, sonríe con esa sonrisa linda cuando le hago una pregunta, cuando me felicita por mis calificaciones y cuando me revisa la ortografía de las cartas que le mando a Santa.
"Me da un poco de vergüenza contarle todo esto a Santa, pero voy a pedirle que haga que la maestra me adopte; al fin y al cabo ella tampoco tiene familia ni hijos ni esposo ni nada. Aun así, la veo feliz. No me la imagino llorando por las noches como hace mi madre adoptiva desde que mi padre dejó de dormir en casa.
"Al principio, le diré a Santa, yo le creía cuando el llanto de mi madre me despertaba y ella aliviaba mis preguntas con la misma frase siempre: “es un dolor de cabeza ligero que me entra de madrugada siempre que duermo sola porque Alfonso trabaja en el turno que amanece. Es muy raro".
"Yo ya tengo 12 años y no soy tan niña como para no saber cuando me mienten, así que decidí hacer mis propias investigaciones. Me cansé de dormir con ella, de acompañar esa espalda que gime sus penas atragantadas, solo porque teme molestar. ¡Hasta en el dolor teme ofender mi madre!"
miércoles, 23 de septiembre de 2009
viernes, 11 de septiembre de 2009
¿Cómo no marchar por sus sueños?

jueves, 3 de septiembre de 2009
Utilitarismo periodístico

La profesión de periodista está llena de dilemas éticos. Hay verdades que, de publicarse, harían más mal que bien.
Pero ¿debo yo como periodista guardarme esas informaciones? A veces. Sí. Puede sonar decepcionante, sin embargo es así en la práctica.
Pongamos un ejemplo: un reconocido político tiene fama de corrupto en la sociedad, pero nadie tiene forma de probarlo. Un día a manos del periodista llegan las pruebas de que el delincuente está destinando fondos, ajenos y del Estado, a la construcción de fuentes de empleo, escuelas, hospitales y centros deportivos en una comunidad antes olvidada, su pueblo natal podría ser. (De paso se enriquece).
El dilema del periodista se centra en dos puntos: puede denunciar el hecho, encarar al corrupto, mandarlo directo a la cárcel y ganarse un Pulitzer; o puede callarse, esperar a que se construyan las escuela y el hospital antes de publicarlo...si es que un día lo hace público.
Una visión utilitarista del problema nos lleva al enunciado: "el mayor bien para el mayor número de personas".
En este punto podemos decir -como Diego Gracia[1] en el terreno de la bioética- que “para que una acción pueda considerarse moralmente correcta, tiene que ser universalizable, de modo que no vaya contra el respeto debido a todas y cada una de las personas (…) para que las decisiones concretas puedan considerarse responsables y buenas, han de tener en cuenta las condiciones particulares de los hechos y evaluar las consecuencias que posiblemente derivará de ellos”.
En conclusión, cada circunstancia es tan particular que sería imposible escribir normas para cada caso. En la tesis de grado que aún no publico, llegué a la conclusión de que, dada la multiplicidad de interrogantes éticas que se le presentan a un profesional -que no caben ni pueden ser contenidas en código alguno-, habría que combinar los mínimos éticos con una sabiduría práctica que tienda al bien, a lo bueno, en el ejercicio profesional del periodista, porque sobre la marcha se presentan nuevas situaciones que no están contempladas ni previstas en ninguna declaración de intenciones de los gremios.
Todo esto es para decir que no creo cien por ciento en los códigos deontológicos en periodismo. No creo en las normas como trajes de sastre, porque el periodismo no es una ciencia exacta que se rija por un manual, como nos han querido hacer creer.
[1] Gracia, Diego, Ecología y Bioética.
2. La obra que ilustra este texto es un Caravaggio
martes, 1 de septiembre de 2009
Nostalgia del ocho

Por Lissette Rojas
martes, 18 de agosto de 2009
El SNTP llama a los periodistas a acudir hoy a la Fiscalía de Ciudad Nueva

El licenciado Olivo de León, secretario general del SNTP, aseguró que a un año del maltrato físico y moral de que fue víctima el periodista Vianco Martínez en el Teatro Nacional, la Fiscalía ha incurrido en denegación de justicia al actuar con una sospechosa dejadez frente a los imputados.
“Hace 365 días que el periodismo dominicano está esperando justicia en el caso del compañero Vianco Martínez y la Justicia se la ha negado”, sostuvo De León.“El periodismo dominicano se siente agraviado por el Ministerio Público, que en 365 días ni siquiera se “molestó” en citar a los testigos del hecho”.
En su opinión, la falta de sanción a los nombrados Rafael Emilio Vargas y Josué Vargas, espalderos del empresario Saymon Díaz, es una señal que manda el Ministerio Público a toda la sociedad que en la Republica Dominicana las leyes siguen siendo un pedazo de papel.
El Día Nacional del Desagravio a la Prensa fue declarado por periodistas dominicanos para conmemorar el primer año de la agresión que sufrió Vianco Martínez en el Teatro Nacional mientras esperaba para realizar una entrevista al cantautor español Pedro Guerra y para hacer una reflexión sobre el manto de impunidad tendido por el Ministerio Público a favor de los imputados.
Afirmó que durante el año se han producido medio centenar de agresiones, maltratos, intimidaciones, sometimientos, amenazas y otros casos contra periodistas, camarógrafos y fotógrafos.
Dijo que entre los más recientes se encuentran las heridas producidas a los periodistas de Bonao, Reinaldo Sánchez y Arquímedes Luna, así como los golpes y heridos a un gripo de camarógrafos, fotógrafos y periodistas de Santiago de los Caballeros que marchaban en demanda del informe de la investigación del asesinato del camarógrafo Azabache, entre ellos Ramón Reyes y José Disla.También, Delbi Delgado, periodista productor del programa “Al Día con Delbi Santos” en Terra FM, Info Diario y El Callejón, en Las Terrenas, Samaná, agredido física y verbalmente por la vicesíndico y su esposo, porque éste le pidió información del manejo de los recursos en lo relativo a sus funciones, sobre todo en el montaje de las fiestas patronales.
lunes, 17 de agosto de 2009
Compartimos la alegría de Ricardo Hernández

Hoy compartimos la alegría de nuestro amigo Ricardo Hernández, que acaba de recibir el premio a Mejor Fotografía en la Bienal Nacional de Artes Visuales, que efectuó el Museo de Arte Moderno con el auspicio de la Secretaría de Cultura.
Los que lo conocemos podemos decir que Ricardo es de los que ven la fotografía no como un trabajo sino como una pasión. Y la hace respetar en cualquier terreno, me consta. Sabemos que nuestro amigo ha puesto el corazón en su oficio y ha dicho desde la calle Interior F de Gualey que es posible lograr ese mundo mejor que nos han vendido como inalcanzable.
Hoy compartimos la alegría de Ricardo, cuya sonrisa es un homenaje a su barrio, allí donde las ilusiones le sobreviven al desánimo.
Ricardo es un emblema del joven que sale a camino a fuerza de talento y por encima de los prejuicios y los complejos que a veces surgen con la condición de vivir en el barrio y manejarse en un mundo de clase media y alta.
Hoy, con el triunfo de su foto “Raw, controversial y espinoso” nuestro amigo le ha mandado un mensaje a los niños y jóvenes no solo de Gualey, sino de todos las barriadas. En él parece decir: “Ustedes pueden llegar a ser lo que deseen. Basta con esforzarse y lo lograrán”.
Gente como nuestro amigo es la que hace que esta nación aún mantenga la esperanza de hacerse grande. ¡En buena hora ha llegado el premio a nuestras manos!, es decir, a las manos de todos los hombres y mujeres que trabajamos para cambiar para bien este país.
miércoles, 12 de agosto de 2009
Por un periodismo libre de intolerancia

martes, 4 de agosto de 2009
Una historia de espalderos que nunca cuento
Un día decidí apoyar a mi amigo Vianco Martínez en su lucha por que se aplique justicia en el caso que libra contra los espalderos infames que una noche atropellaron sus derechos en el Teatro Nacional.
Ahora que pronto se cumplirá un año de aquel penoso hecho, siento que es mi deber hacer algo, en parte por él en parte porque me aterra la idea de que llegue el día en que un reportero o reportera deba andar con miedo por no saber en qué momento lo sacaran a empujones y golpes de algún lugar.
Como cronista de arte y cultura que he sido, he tenido que vivir humillaciones en las puertas de los conciertos. Al principio las reseñaba, pero después me cansé. Casi nunca hablo de eso, pero en más de una ocasión he tenido que abrir mi cartera, me han parado de asientos y me han exigido mostrar mi identificación de prensa a pesar de tener la boleta en la mano o haberla ya mostrado.
Pero la que más me hirió fue esta anécdota que voy a narrar, porque no fue directamente a mí, sino a uno de los seres que más amo sobre el planeta. Hoy, seis años después, voy a contar una historia de espalderos que nunca cuento. Los que me conocen y saben que vivo libre de complejos se van a convencer de que fue una historia de prejuicio con prepotencia lo que nos ocurrió en Chavón.
Una vez, en Altos de Chavón, fui con mi papá a ver a Alphaville, Kansas y Air Supply. Ibamos muy emocionados, él porque esa es "su" música y yo porque crecí oyéndola. Papi estaba como un niño en Día de Reyes...hasta que llegamos a la puerta.
El hombre, un espaldero grosero, que había estado riéndose con todo el mundo, cambió su rostro cuando vio a mi padre. Pienso que le pareció improbable que papi, con sus características, estuviera allí y hubiera pagado lo que costaba la boleta.
El portero le habló de muy mala manera solo porque papi muy jovial le dijo: "No tengo armas, si quieres revísame". Y se tocó el cuerpo sonriendo como quien dice: "Estoy limpio, mira". El tipo le contestó: "Entonces, tú me estás amenazando. Yo lo que puedo hacer es dejarte ahí y no dejarte entrar".
Hablaba fuerte y todo el mundo nos miraba. Yo le explicaba que yo era periodista, que andaba trabajando no en búsqueda de inconvenientes. El espaldero grosero se demoraba como a propósito y volvía a revisar a papi como si fuera un narco o un terrorista.
Wanda Sánchez, que estaba a mi lado y cubría por CDN, se indignó. También su esposo Adrián. Tuvieron que intervenir porque el tipo se estaba excediendo. Pero él no se quedó tranquilo. Habló más fuerte y al rato estábamos rodeados de gorilas con radios.
Wanda ni Adrián se movieron. Gritaron que eso iba a salir en el periódico y en la televisión. Se quedaron con nosotros hasta que los "ningunos" con poder se cercioraron de que el negro que es mi padre no iba a inmolarse en las gradas ni iba a hacerse célebre a costa de la vida de sus artistas setenteros.
O quizás no fue que su dosis de prejuicio se agotó, sino que la fila del público se había alargado demasiado y la gente empezó a gritar que dejaran a ese hombre -a mi padre- tranquilo, que ya era suficiente, que qué esperaban encontrar.
Nunca antes vi una decepción como la de esa noche en el rostro de papi. A mí aquello me dolió tanto que ni siquiera lo reseñé en la crónica. No quería, porque me atormentaba, decir que unos hombres-burros humillaron a mi padre frente a tanta gente. A mi padre que siempre ha trabajado tanto, a mi padre que siempre ha sido tan respuetuoso, formal y serio.
La gente no se imagina los atropellos ni las humillaciones a las que los porteros someten a los reporteros, a la gente de a pie y a los negros improbables que nos aparecemos en esos lugares que parecen ser muy caro para nosotros. Ojalá que eso cambie algún día. Se lo pido a Dios.
En cuanto a papi, mantiene en su memoria la alegría del concierto de aquella noche de Sábado Santo. Es uno de los mejores recuerdos compartidos que tenemos. Y nunca, cuando escuchamos "Forever young", "Dust in the wind" o "Lost in love", hablamos de lo que sucedió en la entrada de Chavón.
Por eso entiendo a Vianco cuando se queja de la lentitud de la justicia, por eso me solidarizo con él, por eso me indigno cada vez que se cumple un mes y el Ministerio Público sigue haciéndose el pendejo con su sospechoso mutis total.
Porque yo he vivido en carne propia la desconsideración no quiero volver a escuchar que a alguien honesto lo humillaron sin razón unos "ningunos" que se sintieron poderosos-protegidos por gente que en este país hace lo que le da su gana sin ninguna sanción penal ni moral.
"El caso Vianco" es una guerra compartida, un emblema de muchos procesos empantanados. Ya estamos cansados de escuchar los cuentos mágicosmaravillosos de los que abusan de la gente de buena voluntad de esta tierra. Y como no nos vamos a tapar los oídos ni nos vamos a cruzar de brazos frente a la impunidad, escribiremos hasta que los dedos pidan clemencia. Quién sabe si algún día nos oye alguien portador de la casi extinta combinación pudor-poder.
*Lissette Rojas es reportera de semanario Clave. En la época en que sucedió lo que aquí narra ella comenzaba a laborar en el diario El Caribe. Lissette respalda a http://apoyemosavianco.blogspot.com/
lunes, 13 de julio de 2009
Mensaje en la mirada de un niño con hambre
Si fuiste a la Carretera Internacional sin algo para dar, es probable que te lamentes por mucho tiempo. Es probable que la mirada de un niño se te estampe en los sueños. Es probable que la próxima vez que pongas los pies bajo una mesa te encuentres sin apetito.
“Yo con tanto y esos niños sin nada”, te dirás a ti mismo aun si en el lado dominicano no llegas ni a clase media, aun si eres sueldo mínimo o mendigas en la esquina de la Duarte con París. Porque aquello hay que verlo para creerlo: ¡tanta pobreza a la vuelta de la esquina!
Dicen que es un trago amargo verles correr tras los vehículos. Su clamor duele en el pecho y, sus manos, mariposas nerviosas, se quedan revoloteando en la mente de quien los mira por primera vez.
En las aldeas haitianas -tú puedes ser testigo- los niños y las mujeres descienden de las lomas a pedir ayuda a los carros que pasan. Hay que ponerse en la piel de esas gentes para saber qué tipo de desesperación los alienta a salir corriendo detrás de un vehículo para pedir algo de comer.
“Comida solo por un día, eso no sirve”, dicen los racionales y vuelven a los libros. “Démosles alimentos por hoy y alentemos a los demás a venir”, dicen los sentimentales y vuelven a tejer planes.
Sería mejor, ya verás, deponer las armas de los desacuerdos. Mientras llega el esperado proyecto autosostenible que los saque de la pobreza, es bueno que las personas que pasen por la carretera lleven y repartan comida que no precise de preparación, como salami, panes, leche, jugos y chocolate.
En las comunidades, las mujeres que reciben algo nunca se olvidan de dar las gracias. Te sonríen mientras suben la loma con su funda sobre la cabeza y su niño en la cintura.
En lugar de discusiones teóricas e indisolubles, más valdría ir a apoyar y defender del hambre a estos pequeños, que se aparecen en los alrededores de las comunidades de la margen haitiana de la Carretera Internacional, cuyos 47 kilómetros están repletos de penurias.
Cuatro de ellos son los niños de la polémica fotografía. Era de mañanita cuando ustedes los volvieron a ver. Esta vez estaban medio vestidos, pero en sus ojos continuaba la misma urgencia que les descubrieron hace un mes.
¡Los niños desnudos de la Carretera Internacional siguen en la misma situación de “vulnerabilidad” que cuando salió el reportaje del semanario Clave!
Un mes después, nada habíamos hecho -hasta el sábado- los que apoyamos publicar la imagen tal cual, es decir desnudos como ustedes los vieron pidiendo; tampoco han hecho nada los que se alarmaron, escribieron cartas y rasgaron las vestiduras porque la foto publicada iba contra la dignidad de la persona.
Carretera Internacional, ese tramo olvidado que no puedes cruzar a menos que solicites un salvoconducto en la fortaleza militar de Pedro Santana. Carretera Internacional que abre a las ocho de la mañana y cierra a la seis de la tarde, el tiempo justo para hacer el bien.
Carretera Internacional, ese tramo nostálgico de amigos fieles, donde unos niños hambrientos te dicen: “Merci, merci”. Y cuando te vas, te miran desde la cuesta y te hacen un gesto de adiós con las manos, un gesto que te dice: “Gracias amig@, ve y dile al mundo lo que está pasando aquí. Ve y dile al mundo que lo necesito”.
domingo, 21 de junio de 2009
La esperanza de Antonia

lunes, 1 de junio de 2009
Un círculo de llanto en el suelo: un círculo de fuego en el cielo*

Al abuelo, que se reclina en su mecedora como atajando la muerte, le parece un mal presagio la nueva inquietud artística del galgo, que nunca tuvo talento para los augurios y al que se le conoce en muchas millas a la redonda por sus estúpidas y graciosas piruetas de perro empecinado en alcanzar su propia cola.
Pero lo de hoy se diferencia de todo lo que sus ojos hayan visto en 81 años. “Eso me da mala espina”, murmura el anciano solitario con su mirada húmeda como un manantial antiguo e improbable. Sus manos de grietas y tierra sedienta tiemblan bajo el peso de un porvenir siniestro.
Aúlla el perro como encantado y su quejido se parece al llanto de un infante, un niño que atrapado en su círculo implora al cielo las redentoras manos que lo liberen de un mundo desconocido.
“¿Y quién se va a morir ahora?”, se pregunta el octogenario, con la seguridad de que a él aún no le toca la horizontal perpetua porque, “que se sepa, nadie ve los signos de coqueteo de su propio parca”.
“Pero si no soy yo, entonces ¿quién?”, se cuestiona y apenas puede pensar porque el corazón se restriega violento contra el pecho y su bestial ruido no lo deja pensar. Al menos no pensar con coherencia. No se atreve a apresurar nombres, mencionarlos sería como atraer el mal sobre ellos con deliberación.
El peor temor de un padre: perder a un hijo, le hace una mueca que lo obliga a ponerse de pie, no sin dificultad. Los huesos resuenan, camina durante siglos hacia la veranda y luego otea el horizonte. Busca lo inexplicable. (*Fragmento del cuento de igual título).
miércoles, 18 de marzo de 2009
Le agradezco a tanta gente
jueves, 5 de marzo de 2009
Diario de una periodista que se reanimó II
Hoy me siento feliz. Pudiera tenerme de mal humor la intromisión que tuvo lugar hoy en la oficina, pero yo sé quien soy y estoy muy clara hacia donde me dirijo.
Harán falta muchas sutilezas si quieren molestarme o verme derrumbada. Soy fuerte, no soy una fresa sensible. Me parezco más a una turrón duro, jajaja.
De las bajezas no me sorprendo, ahora sé con quién estoy tratando.
Voy a salir adelante así tenga que sacar ese proyecto personal que vengo acariciando desde hace tiempo. Cuando uno tiene cosas importantes que decir, no hay nadie que lo pueda callar.
martes, 3 de marzo de 2009
Diario de una periodista que se reanimó I

12:50 de la madrugada
Hoy fue un día especial. Me atreví a hacer un reportaje en segunda persona sobre una mujer que desistió en un caso de violencia de género.
"Tu esposo te acuchilló, te quemó el pecho e intentó ahorcarte frente a tus hijos (...) cuando tu sobrina fue a visitarte él no le permitió entrar (...)luego tú desististe y no comprendiste por qué el fiscal proseguía si querías al proveedor y padre de tus hijos libre, pero la violencia de género es un asunto de estado".
No sé si me quedó bien pero sentí un estremecimiento por hacer algo diferente. Algo fuerte, contándole a esa mujer su propio dolor. Lo único que me desconcertó fue el comentario, hecho sin malicia, de que le gustaba cómo estaba escrito aunque rompe con "las reglas del periodismo". Y entonces me desconcerté. No entendí ni papa. Yo, honestamente, soy intuitiva escribiendo. Respeto la gramática y sé como escribir de forma convencional, pero no me acojo a los mandamientos inquebrantables del periodismo. Puede decirse que escribo como me da la gana, dentro de un respeto a la ortografía y la gramática. Como sea, llegué desconcertada a la casa y me puse a buscar en mi librero. Allí encontré con Tom Wolf . Y leí algo de Wolf que me alentó: "Imaginé que ya era hora de que alguien violase lo que Orwell llamaba «las convenciones de Ginebra del pensamiento»... un protocolo que había encerrado al periodismo y más generalmente la no-ficción (y las novelas) en una tan tediosa cárcel durante tanto tiempo. Descubrí que cosas como los signos de exclamación, las cursivas, y los cambios bruscos (guiones) y las síncopas (puntos) contribuían a crear la ilusión de que una persona no sólo hablaba sino también de que una persona pensaba"1. Y Tomás Eloy Martínez me reconfortó: "Casi todos los días, los mejores diarios del mundo se están liberando del viejo corsé que obliga a dar una noticia obedeciendo el mandato de responder en las primeras líneas a las seis preguntas clásicas o en inglés las cinco W: qué, quién, dónde, cuándo, cómo ypor qué. Aunque en todas las viejas reglas hay una cierta sabiduría, no hay nada mejor que la libertad conque ahora podemos desobedecerlas"2. 1. El nuevo periodismo. Anagrama. 2. Periodismo y narración. FNPI.
jueves, 26 de febrero de 2009
La mosca que haría temblar a Suiza

"La mosca en la génesis del cacao, susurran a lo lejos los oyentes burlones, pero tú ni te inmutas y les gritas que no se trata de cualquier mosca, es una mosquita muy delicada, ella trabaja en las primeras horas del día y si está lloviendo bastante no aparece su fecundación, tampoco si está muy nublado. Por eso, a veces, las plantas florecen y no hay una abundante cosecha. Pero siempre y cuando haya oportunidad, ella sale y hace su trabajo.
"Los otros campesinos te dejaron solo. Te creen loco y perjudicial. Tú, en cambio, te consideras en extremo lúcido, profeta de estas tierras.
"En cierta forma, le dices a la empalizada, la mosca es como un hombre serio: nunca falta a su trabajo a menos que esté realmente muriéndose, a menos que los vientos de un temporal le opongan una verdadera resistencia a su batir de alas madrugador".
Alrevéslandia
Por Lissette Rojas
"Estos niños a los que me refiero no contaban con más entretenimiento que las piedras: piedras contra los pajaritos, piedras contra los perros, piedras contra los tejados de zinc, y, cuando se aburrían, guerra de piedra entre ellos mismos.
"Hubo que inventarse algo antes de que destruyeran la fauna y los techos del vecindario con sus travesuras infinitas. También para que cesaran las mil maldiciones de las ancianas prosaicas que se subían las faldas hasta las tetas como si se tratara de un vestido.
"Una tarde llamé a todos los diablillos con la promesa de que les mostraría algo novedoso, algo que agilizaría sus poderes mentales y los llevaría a una dimensión encantadora y escondida cuyos secretos se les revelaban a unos pocos escogidos cada 200 años".
martes, 24 de febrero de 2009
Las hijas de nadie: las historias que nadie cuenta
Aunque parezca lejano o improbable, historias como esas suceden todos los días en este país, algunas salen en la prensa pero pocas veces terminan publicadas en un texto de una ginecóloga, como sucede con el libro Las hijas de nadie, de Lilliam Fondeur, que fue puesto en circulación hoy martes, en el salón Alcázar del hotel Santo Domingo.
Al consultorio de Fondeur llegan a menudo mujeres con graves complicaciones, a causa de abortos a medias, una suerte de intervenciones clandestinas que ellas mismas inician para terminar con sus embarazos a toda costa, aun a riesgo de sus propias vidas.
“Hay historias de niñas que han sido incestadas por familiares o vecinos y que tienen que poner en riesgo su vida, y son excluidas de la sociedad, tienen que salir de la escuela o las cambian de tanda. La sociedad las expulsa, las personas tienen el temor de que les pase a otras niñas, independientemente de que esa niña no buscó ese embarazo”, dice Fondeur al referirse al libro.
En su columna Ginecología actualizada, del vespertino El Nacional, la ginecóloga publica desde hace años situaciones tan dramáticas como reales que ahora forman parte de la compilación, junto a comparaciones de cifras y legislaciones de otros países.
“Las hijas de nadie es una recopilación de artículos publicados en el periódico El Nacional, relacionada con la vida de las niñas y las mujeres pobres, y digo pobres porque son las pobres las que ponen en riesgo su vida y su salud. Este libro está relacionado con los derechos sexuales y reproductivos y con la morbi-mortalidad materna, esto es las mujeres que ponen en riesgo su salud y su vida a causa de un embarazo”, expone la autora.
Para Fondeur, con leyes que prohíben el aborto sin importar las circunstancias, se está poniendo en riesgo la vida de las mujeres.
“Estamos matando mujeres con esta legislación”, sentencia y pone como ejemplo los casos de mujeres que, en estado de gestación, se les detecta un cáncer y no pueden recibir tratamiento porque hacerlo implicaría una pérdida del embarazo.
Sobre el padecimiento de esas pacientes explica que “cuando se le viene a dar tratamiento el cáncer ya ha tenido metástasis porque hubo que esperar que se cumplieran los nueve meses. Nuestras leyes prohíben que el embarazo sea interrumpido”.
En el país –dice Fondeur- los índices de mortalidad materna son de 159 por cada 100 mil nacidos vivos, según la Encuesta Demográfica y de Salud (Endesa) 2007. También están los casos específicos como el del hospital de Regla de Baní, cuyas estadísticas registran igual número de partos que de abortos. Los médicos del centro no provocan las interrupciones, sino que asisten a las mujeres que llegan con un aborto incompleto.
Las consecuencias de los abortos clandestinos son aumento de la morbi-mortalidad materna, que va no solo con las mujeres que fallecen, sino con mujeres que tienen lesiones que van desde una histerectomía hasta infecciones o un sangrado abundante que les provoca una anemia severa, según la doctora Fondeur.
“Las complicaciones son muchas pero las más frecuentes son las perforaciones uterinas y el sangrado uterino abundante. Estas mujeres de una un otra manera buscan la forma de terminar con su embarazo. Una mujer cuando quiere interrumpir un embarazo es capaz de poner en riesgo su vida”.
En su práctica médica, cuando una paciente llega con complicaciones de un embarazo interrumpido a voluntad, lo primero que ella hace es protegerla con antibióticos y luego trata de que no se pierda su útero, para preservar su fertilidad, porque es probable que esa mujer después desee tener hijos.
“Hay que conservar su fertilidad. No queremos un aborto, no soy pro-aborto, no ando promoviendo el aborto, pero es una situación que hay que enfrentar, porque está aquí y hay que enfrentarla. Es un fracaso del sistema de salud, de seguridad y del de educación. Una niña violada por su padre o una mujer que saliendo de la universidad es violada, ellas no andaban buscando ese embarazo”.
La puesta en circulación del libro Las hijas de nadie, que tiene prólogo de Susi Pola, contará con la presencia de la doctora Mónica Rosa, experta en derecho internacional y defensora de los derechos de la mujer.
viernes, 20 de febrero de 2009
La nada cotidiana 2. Diario de una periodista que se frustró*
La observación me la hizo Ezequiel Abiú que me vio caminado por la Tiradentes "como quien se desplaza por la Quinta Avenida". Me dijo que le mencionara una y no recordé ninguna.
Aquí las irregularidades del terreno, los huecos, las aceras robadas a los peatones, hacen que uno camine con miedo. Además, pocas calles conservan su estética, su funcionalidad. Si no me creen, miren la Lope de Vega después de la San Cristobal en dirección norte.
Allí uno tiene que tirarse a la calle, a riesgo de que lo atropellen, porque los carros están parqueados en los esqueletos de las aceras. Aquí cualquier vendedor te roba tu legítimo derecho a caminar por un lugar seguro. Como dice Manuel Vicent, nadie es alguien.
*Me cuentan. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
jueves, 19 de febrero de 2009
La nada cotidiana-Diario de una periodista que se frustró*
A Zoe Valdés que me perdone por robarle el título a su novela, pero no encuentro un nombre mejor para el estado de ánimo que me provocan ciertas situaciones.
Me siento como Robbie William cuando abandonó Take That para poner tienda aparte. Uno se cansa de ser corista en la vida, (o uno de ellos), se cansa de hacer naderías. Uno prefiere sentarse en su casa a postear un blog y a escribir los temas que siempre quiso escribir.
Me agobia la nadería. Quisiera hacer pero me siento atada. !Ay el dinero! Comparo mi carrera con una novela que tiene muy buena trama pero que está mal contada. Uno se siente tentado a mejorarla, pero valdría más escribir una nueva.
Mi arte simulatorio no da para tanto. No estoy contenta y quizás no vuelva a estarlo en semejantes condiciones. Siento como si algo dentro de mi corazón periodístico se hubiera roto ya sin remedio, porque la subestimación aplastó el entusiasmo, que murió de inanición junto a un listado de temas abortados.
Ni aquí ni allí. Hoy me pregunto si hice lo correcto o si me sucedió como dijo Reynaldo Pared Pérez, cuando el PLD perdió en el 2000, aquello de "llorarán lágrimas de sangre".
Yo solo lloro cuando me indigno o cuando algo me entristece demasiado (una muerte o una ruptura dolorosa), pero mi situación tiene la particularidad de hacerme llorar por lo menos una vez a la semana. Naderías, naderías. Quiero y merezco salir.
*Me cuentan y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
jueves, 12 de febrero de 2009
La casa de Dostoievsky o cómo contar a Chile literaria

Por esa manía de libroteniente que hojea y lee antes de comprar un libro, encontré La Casa de Dostoievsky, del chileno Jorge Edwards y me dije que esa obra tenía que ser mía.
La novela tiene un valor intrínseco indiscutible, no solo por su trama bien lograda. En ella uno puede adivinar o atisbar unos rasgos que pudieran ser autobiográficos del propio Edwards y su generación (que si Neruda, que si Huidobro) y las relaciones de admiración u odio que primaban entre ellos.
El autor se esconde detrás de un narrador de voz colectiva que cuenta su tiempo a través de sus propias vivencias y no tiene empacho en explicarse a través de los rumores y de los testimonios de tercera mano. Se me antoja que la vida del Poeta (con mayúscula) como hilo conductor es solo el pretexto para mostrar el mundo cultural de la chile de mediados del siglo pasado, país que cambió el curso de su historia a partir del golpe de estado que en 1973 culminó con la existencia de Salvador Allende y del comunismo.
En ocasiones, el lector lo siente conversador y elocuente al narrador. No escapa, sin embargo, -y esto él mismo narrador lo reconoce- a los "chilenismos" que podrían mandar al diccionario a cualquiera que no esté familiarizado con los giros idiomáticos de ese país del sur. Otra de las observaciones a la obra es el uso de ideas largas y oraciones indirectas que me obligaron a retomar varios párrafos de nuevo para poder comprender (pero eso soy yo, no se asusten).
El texto ganador de la edición 2008 del premio Planeta-Casaamérica de novela resulta edificante para quienes por cuestiones de influencias solo hemos conocido en literatura la posición pro-Allende y a favor del comunismo.
Edwards narra en La Casa de Dostoievsky cómo las personas padecían hambre a causa de la racionalización de los alimentos que implementó el gobierno de Allende. Y como el personaje residía en la Ñuñoa, podía o creía oír como en las noches torturaban a los disidentes en los antiguos camerinos del estadio de futbol.
El Poeta, protagonista, estuvo también en Cuba y sufrió en carne propia las represiones del régimen de Fidel. Las críticas por lo bajo, la doble cara y la incertidumbre que hubo de implementar junto a sus colegas cubanos para sobrevivir.
A Edwards lo acabo de conocer como escritor y creo que nos seguiremos viendo.